Hay
quien compara este plato tradicional de la cocina francesa con nuestra celestial
sopa de ajo.
Es
evidente que apenas tienen nada en común, salvo que ambas llevan pan y se toman
con cuchara.
Ingredientes para 2 individuos "très chic"
- 250 gr de cebolla
- 600 cc de agua o caldo.
- 20 gr de mantequilla o aceite
- 75 gr de queso gruyer rallado (u otro cualquiera)
- 2 rebanadas de pan
- 1 cucharada rasa de harina (opcional)
- Medio vasito de Oporto o vino blanco (opcional)
- Sal y pimienta
Tiempo de preparación: unos 40 minutos
2. Echar la
mantequilla en una olla y freír la cebolla unos 20 minutos a fuego suave hasta que
se dore, entonces espolvorear la harina y cocinarla unos segundos.
3. Echar el caldo y
dejar cocer unos 10 min.
4. Echar la sopa en
dos cuencos aptos para horno, colocar encima las rodajas de pan previamente
tostadas y empapadas con el Oporto.
5. Poner el queso
rallado encima del pan y gratinar en el horno hasta que se funda.
6. Servir en esos
mismos cuencos, avisando de que están muuuy calientes.
MÚSICA PARA COCINAR
El pasado día 4 nos dejó Luis Eduardo Aute. A ti tampoco es fácil olvidarte, es imposible.
El pasado día 4 nos dejó Luis Eduardo Aute. A ti tampoco es fácil olvidarte, es imposible.
Y por esos caprichos del destino, también un 4 de Abril, pero del pasado año, también nos dejó Alberto Cortez.
Aquí interpretando "Nanas de la cebolla", viene al pelo con el plato de hoy.
Aquí interpretando "Nanas de la cebolla", viene al pelo con el plato de hoy.
INSTRUIR DELEITANDO
Pensé en poner el poema de Miguel Hernández donde la cebolla es triste protagonista.
Mejor os dejo esta "Oda a la cebolla" que Pablo Neruda publicó en 1954 en su libro "Odas elementales".
Pensé en poner el poema de Miguel Hernández donde la cebolla es triste protagonista.
Mejor os dejo esta "Oda a la cebolla" que Pablo Neruda publicó en 1954 en su libro "Odas elementales".
Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.
Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.
También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada,
y parece que el cielo contribuye
dándole fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios del tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.
Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.
También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada,
y parece que el cielo contribuye
dándole fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios del tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.
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